Bernabé Tierno, psicólogo y escritor, nos habla de cómo educar a nuestros hijos para que crezcan como personas fuertes. Nos da algunos principios-claves:
- Siempre que un niño sea capaz de hacer algo por sí mismo, démosle la oportunidad de hacerlo y mejorarlo, y motivémosle con nuestras palabras animosas, felicitándole por su habilidad y esfuerzo. Ante sus vacilaciones y dudas, sonriámosle, al tiempo que le decimos con firmeza y entusiasmo: "Tú puedes, cariño. Y, si no lo consigues la primera vez, no pasa nada: yo tampoco consigo las cosas siempre al primer intento".
- Es normal que cualquier niño pretenda lograrlo todo al instante. Si le apetece un "chupa chup", lo exige "ahora". Pues bien, lo mejor para enseñarle a desarrollar su capacidad de resistencia a las frustraciones y saber esperar es no darle nunca lo que pide al instante. Se le puede decir, por ejemplo:"Ahora estamos haciendo esto y tenemos que esperar un rato para darte lo que pides. Me encanta que aprendas a esperar hasta ese momento y comportarte como el niño listo y mayor que ya eres".
- Por más que el niño rabie y patalee, seamos firmes y acostumbrémosle a no recibir lo que pide de inmedato. Le haremos un bien increíble con ese entrenamiento en saber esperar y no satisfacer de inmediato sus caprichos y deseos. Ante las llantinas del pequeño, las constantes llamadas de atención, la manipulación del adulto y el hecho de "montar el pollo" cuando sabe que más molesta a papá y a mamá, debemos dejarle siempre claro que no se va a salir con la suya, pero siempre manteniendo una actitud calmada, reposada, controlada y sin dejarse contagiar por la tensión que el niño pretende provocar en nosotros. Si sabemos resistir a sus llantos y provocaciones, el niño comprobará que su conducta caprichosa no le reporta ningún beneficio.
- Conviene reforzar, premiar y alabar al niño cuando manifieste una conducta razonable, de cierto acto de control, educada, pacífica, generosa, comprensiva, esforzada, de saber compartir...
- Es importante contagiar al niño el buen humor, el entusiasmo y las emocione positivas en general: "los ejemplos arrastran". Cuando algo no sale bien del todo o no sucede como el pequeño esperaba, es bueno enseñarle a reírse de sí mismo, a intentarlo de nuevo con alegría y a no desesperarse. Ensamblemos siempre la fortaleza con el júbilo. Como decía Emerson: "La fortaleza es inseparable del júbilo, ya que la persistencia en la acción genera una especie de endorfinas psíquicas que, por un lado equilibran y proporcionan paz y serenidad de espíritu, y, por otro, producen euforia, alegría y entusiasmo".
- El mejor regalo que podemos hacer a nuestros hijos es hacerles fuertes desde niños, al mismo tiempo que les queremos con todo el cariño.
- A veces la actitud de nuestros padres y el hecho de tener que valernos por nosotros mismos a tempranas edades, por situaciones especiales, potenció nuestra fortaleza; y lo mejor que podemos darle a nuestros propios hijos es hacerles muy fuertes, responsables y esforzados.
Esto es lo que te sugiero y lo que me permito aconsejarte, ya que tienes en tus manos la masa blanda de la personalidad de ese niño, que es tu vida y a quien tanto quieres. Hazle fuerte, esforzado y bondadoso. En definitiva, prepárale para una vida que será tan difícil o más que la que tú vives ahora.