lunes, 22 de marzo de 2010

Desarrollar estrategias de pensamiento

Hay muchas formas sencillas de ayudar a tus hijos a desarrollar habilidades para que sean capaces de resolver los problemas por si mismos, para que se esfuercen, para que tengan interés por las cosas y en definitiva para enseñarles a vivir.
Los idiomas, las matemáticas y demás contenidos escolares son muy importantes, pero estas estrategias son, a la vez que complementarias de los estudios, imprescindibles para la vida.
Las habilidades que deberías potenciar en tus hijo son: confianza en si mismo, motivación, esfuerzo, responsabilidad, constancia, empatía, trabajo en equipo, y solución de problemas:
1.-La confianza en si mismo significa que cree y se ve capaz de hacer las cosas. Esta habilidad está relacionada con el autoconocimiento , el hacer las cosas lo mejor que se sabe y la autoestima, saber lo que uno puede llegar a realizar o lo que puede llegar a ser.
Para potenciar la confianza en uno mismo, intenta observar a tu hijo y reconocer sus capacidades, elogia y refuerza su seguridad y anímalo a hacer cosas por si mismo. Haz que tome decisiones, que elija qué ponerse, qué fruta comer, que ayude en las tareas de casa (aunque tarde más en hacerlo que si lo hicieras tu.
2.- La motivación es sentirse dispuesto a hacer algo, querer hacerlo.
Entusiasmarse, querer hacer las cosas, planificar, querer aprender,... es el motor del aprendizaje y cuanto más potente sea, mejor.
Los niños nacen motivados para explorar y aprender y debemos esforzarnos para que sigan así y no se vuelvan niños aburridos que no saben qué hacer ni a qué jugar.
3.- Haz planes con ellos, que participen de su preparación, ir al cine, a un museo, preparar una excursión o un viaje. Participa de sus juegos y sus tareas escolares, intenta que sienta que valoras lo que hace y que te sientes orgullosa de él.
Enséñales a competir sanamente, en los deportes hay un gandor y un perdedor, en clase a veces las cosas van bien y a veces no. Lo importante es no desanimarse y seguir trabajando por lo que uno quiere...
4.- El esfuerzo es ser consciente del trabajo que conlleva hacer algo. Tener autodisciplina nos aleja de la pereza, de conformarnos con el mínimo, nos ayuda a disfrutar del tiempo libre ya que tenemos la satisfacción del trabajo cumplido.
También podemos disfrutar mientras hacemos las cosas si lo hacemos con gusto.
Con niños pequeños establece sistemas de puntos para que se esfuercen en conseguir objetivos y conseguir una recompensa.
Áyudale con hábitos y rutinas, hacer los deberes antes de jugar. Que se los tomen en serio y no los hagan de cualquier manera.
5.- Reconoced el trabajo bien hecho de otras personas, las que os atienden bien y amablemente (en vez de criticar los fallos de los demás).
Hablad de lo que habeis hecho durante el día, que te explique cosas del colegio y tú explícale cosas de tu trabajo, cómo has solucionado problemas, cómo te has sentido, etc.
Procura que no tenga miedo al fracaso, comentad los resultados de deportistas que tras una competición en la que han luchado y se han esforzado hasta el final puede que no ganen. Hazle ver que seguro que seguirán intentándolo y tendrán triunfos en el futuro.
6.-La responsabilidad es saber hacer lo que se debe, cumplir con las obligaciones, decidir cuál es la mejor opción en un momento concreto.
Tu hijo sólo será responsable si tú le permites asumir responsabilidades. Si no tiene que preocuparse nunca por nada y le solucionas siempre los problemas nunca tomará conciencia de sus responsabilidades y lo más probable es que se convierta en un adolescente egoista.
Hay que conseguir que llegue a hacer las cosas por iniciativa propia, que entienda que sus actos tienen consecuencias y a preever estas consecuencias antes de actuar.
Habla con él antes de comprarle algo sobre cómo lo va a cuidar, haz que se responsabilice de sus cosas cuando llega a casa y que no las deje de cualquier manera, repartid las tareas domésticas, seguro que hay muchas que puede hacer sea cual sea su edad y que además disfrutará haciéndolas. Por supuesto no se le pueden dar obligaciones que no pueda asumir.
7.- La constancia es la fuerza para continuar lo que se ha empezado. Es intentar conseguir el objetivo trazado sin desanimarse, no tirar la toalla y ser perseverante.
Es importante que los niños entiendan que no basta con empezar algo para conseguirlo, que las cosas no son instantaneas. Un deportista no gana una medalla olímpica sin todo un esfuerzo previo, un violinista no empieza tocando una sinfonía.
Hay que animarles para que mejoren en las cosas que le salen peor (caligrafía, cálculo, lectura, dibujo...) y también apoyarlos y motivarlos para que no abandonen las que les salen bien y cada día sean mejores. Si empiezan una actividad extraescolar deben acabarla.
Es bueno marcarse objetivos, planificar cómo alcanzarlos e ir pasito a pasito a por él.
8.-Empatía: Tener en cuenta a los demás no sólo le convierte en una persona más generosa y a conectar mejor con los amigos.
Compartir ideas y sentimientos, ponerse en el lugar del otro le puede ayudar a tomar mejor sus propias decisiones, a trabajar en grupo y a saber encauzar los problemas interpersonales.
Conocer sus propios sentimientos es la mejor forma de que luego entienda a los demás.
Intenta que entienda cómo te sientes cuando te has disgustado por algo, o cuando te alegras.
Cuando teneis que hacer un regalo a alguien que piense cómo es esa persona, qué aficiones tiene, qué cosas le gustan.
El trabajo en equipo es saber participar de una acción conjunta. Compartir sacrificios y entusiasmo. Muchas veces no es fácil ponerse de acuerdo y hay que enseñar a dirigir, ceder, etc. según la ocasión lo require haced cosas juntos, manualidades, doblar ropa, organizad una fiesta o un día especial, preparada un pastel.
9.- Los deportes de equipo y otras actividades también son muy beneficiosas.
La solución de problemas es poner en práctica las estrategias que uno tiene para actuar. Para ello es imprescindible hacer un buen diagnóstico de la situación y ver cuál es la causa del problema, pensar en todas las alternativas posibles y preveer las consecuencias de cada una de ellas para elejir la mejor y más justa teniendo también en cuenta a los demás.