jueves, 6 de noviembre de 2008

Una educación sin manipulaciones

Hoy día, nos debatimos entre elegir para nuestros hijos, dar la asignatura de Educación de la Ciudadanía o no darla, ser objetores de conciencia o en cambio cerrar los ojos y dejar a nuestros hijos en manos de una manipulación encubierta y engañosa que influya en su forma de pensar, de actuar, de sentir. No nos dejan sitio a los padres para continuar con la educación de nuestros hijos, para continuar enseñando los valores que empezamos en su infancia y hemos tratado de llevarlos a la práctica pensando que eran lo mejor para ellos. No nos damos cuenta, pero tenemos que despertar y por lo menos, ver lo que ponen en los textos de esas asignaturas y si hay que estudiarlos con nuestros hijos, razonar con ellos, ver los valores que se destacan como positivos y lo que no nos parezca correcto, darle nuestro punto de vista. Deben ver que hay personas que piensan distinto y educarlos para una ciudadanía global, enseñándoles a vivir en el cambio, propociándoles una actitud de apertura, una actitud de cuestionamiento crítico, capacitándoles de decisión ante las distintas alternativas, formándolos como personas dinámicas, flexibles, creativas e interdependientes. En definitiva que aprendan a vivir, a convivir y a crear un mundo de paz, solidaridad y respeto.